jueves, 9 de mayo de 2013

The Doors Alive at Limehouse 2

Estábamos en la sala pequeña del Limelight con una pulsera en vez de entrada y una Beck's en vez de Guinness cuando Jim Morrison subió al escenario. Secundado por una más que solvente banda, cantó Backdoor man y la enlazaron con Break on trought (to the other side).Y así sucedieron hora y tres cuartos de canciones del tirón, sin bises, que acabó con The End, como no podía ser de otra manera.


¿Qué decir del set list? Las canciones más laureadas de The Doors cayeron todas, con espacio para mi debilidad Not to touch the Earth. También para Gloria, tras la insistencia de un fan unas filas más atrás, y para viajes musicales del nivel de When the music's over o la obvia Riders on the storm. Todo no se puede pedir y me faltaron muchas joyas no tan conocidas, pero musicalmente todo estuvo a un nivel altísimo. Y ahora viene lo que quiero destacar.


Es acojonante lo de este hombre. William Scott no sólo tiene un asombroso parecido con Jim Morrison, también canta y entona con su misma voz y se mueve de la misma forma. Y todo como homenaje, sin pretender en ningún momento ser algo más. Respetuosos y tremendamente eficaces, The Doors Alive son una de las mejores formas de revivir los conciertos de la banda de Los Ángeles. Tanto ellos arriba como nosotros en el piso tuvimos una noche muy especial, y así la quisieron inmortalizar, recordándonos que al día siguiente no había que trabajar (Bank Holiday) y fotografiándonos de esta manera:



No intentéis buscarme, iba muy morado. La verdad es que lo pasé muy bien. The Doors es una de mis cinco bandas de cabecera de siempre y por momentos la experiencia era sobrecogedora gracias al buen hacer de los que estaban sobre el escenario. 

De todas formas, yo sí tenía que trabajar al día siguiente. El 6 de mayo tiene lugar el maratón anual de Belfast, y es a lo que me he estado dedicando en las oficinas de Cancer Focus todo este tiempo. Como empresa organizadora, hemos estado preparando camisetas y folletos informativos para los dos mil quinientos participantes que estuvieron corriendo por Belfast el lunes por la mañana. Aunque fuese festivo, me ofrecí a echar una mano y nos pusieron en la línea de meta a meter ruido y animar a los corredores.


Una agradable mañana. También estuve haciendo unas newsletters informativas en la oficina (además del doblaje de las 100 cajas de rigor). Estoy calibrando la posibilidad de volver a Belfast dentro de unos meses si encuentro un buen trabajo, ya que hay unos cuantos. Me gustaría quedarme en la tienda, pero eso no puede ser.

No quiero extenderme mucho. Mañana Eric Clapton y semana que viene Edimburgo y más cosas, así que ya os iré informando.

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