viernes, 4 de julio de 2014

Hoy he durado más de un minuto en la cocina.

Ha sido para calentar un plato precocinado del Mark & Spencer, pero lo he conseguido y no me he muerto. La suciedad y el olor a tabaco echan atrás a cualquiera, pero mañana aprovecharé para hacer compras de todo y me aventuraré a cocinar algo. Que ya va haciendo falta. (Atentos a mi Instagram para ver las evoluciones).

Hoy me he tirado otras 6 horas en la tienda como un campeón sin pausas ni nada. Tras planchar y etiquetar lo que no está escrito, he vuelto al mostrador, a mi querida caja registradora y a mi tensa relación con el cliente (que, aquí al menos, es magnífica). No han faltado clientas legendarias que no pierden ni una oportunidad de volverme tarumba con su avanzada edad. Hasta eso necesitaba.

Después, tras el glorioso Alemania - Francia, he caminado desde mi piso al centro, como cuarenta y cinco minutos, y he recordado lo que me gustaba de esta ciudad. No tiene nada que ver grandes capitales impresionantes como Dublin o Londres, pero tiene lo suyo y está muy bien. Y he localizado algunas ofertas de trabajo a reclamar desde ya.

Por fin, he usado el transporte público. Pese a ser caro (1'90p por viaje) me ahorra los tres cuartos de hora de caminata. Como a pesar de todo tenía intención de andar, intentaré usarlo sólo para los retornos con la compra. Os dejo, que empieza la segunda parte del Brasil - Colombia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario