El único defecto que se me ocurre sobre Nick Cave (como artista) es no ser irlandés. De hecho, es un defecto extendible a todas las personas del resto de países del mundo. De serlo, sería una persona tan bella como las que hemos conocido en las últimas horas.
Ayer terminamos las clases de inglés con una prueba de nivel y unas clases prácticas para entender por encima el conflicto y aclarar dudas. Después de gorronear perchas en el Primark (dejamos el listón alto... en fin) y pasar la tarde vegetando, salimos a dar una vuelta por los pubs. Tras muchas vicisitudes que no comentaré, llegamos al Filthy McNasty:
Nada más sentarnos, las personas de la otra mesa nos preguntaron de dónde veníamos y nos dieron conversación. Esto no necesariamente es bueno según dónde estés o las ganas que tengas de interactuar, pero cuando tratas con irlandeses, casi siempre es para bien. Lo primero que hicieron fue darnos la bienvenida a Belfast y después estuvimos hablando largo rato sobre las dos Irlandas, Inglaterra, Euskadi, España, fútbol, música, política, cultura, bodegas, diferencias en el lenguaje y reírnos de los ingleses. Después, la chica más guapa de Irlanda me explicó todo sobre el museo del Titanic y brindamos por ello. Sonaron Dropkick Murphys casi toda la noche allí. Finalmente, lo repitieron: "Welcome to Belfast. Welcome to Northern Ireland. Hope you enjoy your time here."
Y esta mañana se nos volvió a iluminar la cara en St. George's Market:
Los viernes. sábados y domingos está abierto y se puede degustar todo tipo de comidas del mundo, ya que los propios tenderos ofrecen muestras y los productos son más que variados. Por destacar: las paellas gigantes con pincho de txistorra y jamón serrano, los chilis de 10 tipos ordenados de menos a más fuerte, las aceitunas y pimientos hechos a saber cómo, los cupcakes elaborados, los quesos de mil tipos (de arándanos!), las rodajas de salchicha a la brasa, las ofertas en carnicería, pescadería, y, sobre todo, LOS SEIS KILAZOS DE SALMÓN QUE NOS HEMOS LLEVADO A CASA:
Ya tenemos para los tres meses. Pero lo mejor del mercado es su ambiente. Con música en directo, puedes pasear mientras compras/miras/tapeas y conversar con los tenderos, que atienden todas tus dudas sin intentar venderte sus productos a la fuerza. En el primer puesto de libros, me han enseñado un par de ejemplares de Frank O'Connor sobre historias irlandesas de la guerra, y me han recomendado otras librerías. En la segunda, he comprado un libro de Bukowski y me han regalado otro. Cuando hemos vuelto a a pasar, he preguntado por el libro de Gerry Conlon y, como no lo tenían, me han regalado el de Paul Hill (otro de los involucrados en el famoso caso de los Cuatro de Guildford). Total, todo esto por 8 libras:
No podíamos dejar el mercado sin añadir un comentario en el libro de firmas. Camino a casa, nos hemos vuelto a acordar de las palabras de ayer:
"Welcome to Belfast. Welcome to Northern Ireland. Hope you enjoy your time here."
Y eso es lo que estamos haciendo.
Y mientras tanto, en la península...
ResponderEliminarLas mujeres lloran tu marcha a tierras que, un día fueron conquistadas por feroces vikingos e marifloris ingleses, feudo de pelirrojos hincaguinness que perdieron todas las batallas y nunca olvidarán su pasado. Desconsolados son los llantos de éstas mujeres, igual que los que sacudieron la tierra que pisas aquel fatídico 15 de abril de 1912 , en el que se sumergió el sueño, sudor y vida de muchos irlandeses.
Charlie, portate bien, aprende, disfruta e ínflate a cerveza!